sábado, 29 de septiembre de 2007

Teoría del conocimiento

Teoría del conocimiento / Epistemología

(del griego, episteme, 'conocimiento'; logos, 'teoría')
Rama de la filosofía que trata de los problemas filosóficos que rodean la teoría del conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los conceptos relacionados, de las fuentes, los criterios, los tipos de conocimiento posible y el grado con el que cada uno resulta cierto; así como la relación exacta entre el que conoce y el objeto conocido.
INTRODUCCIÓN.
He aquí unos de los grandes temas de la filosofía de todos los tiempos :elucidar en que consiste el acto de conocer, cual es la escencia del conocimiento, cual es la relación cognoscitiva entre el hombre y las cosas que lo rodean. A pesar de que es una operación cotidiana no hay un acuerdo acerca de lo que sucede cuando conocemos algo. La definición más sencilla nos dice que conocer consiste en obtener una información acerca de un objeto. Conocer es conseguir un dato o una noticia sobre algo. El conocimiento es esa noticia o información acerca de ése objeto.
La teoría del conocimiento es una doctrina filosófica. Para precisar su ubicación en el todo que es la filosofía, es necesario que antes aparezca una definición esencial de esta.
Una definición esencial de la filosofía se podría obtener atendiendo el significado de la palabra. El termino filosofía deriva del griego y quiere decir amor a la sabiduría o , lo que es lo mismo, deseo de saber, de conocer. Inmediatamente se nota que no se puede de obtener de la filosofía una definición esencial, y, por lo tanto, obligatoriamente se debe de emplear otro método.
Por ejemplo la definición de filosofía que presentan Platón y Aristóteles como ciencia pura, es respectivamente la búsqueda de la virtud o de la felicidad.
Como dice Dilthey: ¨Lo primero que debemos intentar es descubrir un objetivo común contenido en todos aquellos sistemas a cuya vista se constituyen todos aquellos sistemas de la filosofía".
Estos sistemas son los de Platón y Aristóteles, Descartes y Leibnitz, Kant y Hegel ya que en todos ellos hallaremos una inclinación en la universalidad, una orientación en la totalidad objetiva por ejemplo: el ser, la esencia, el conocimiento.
En los principios de la edad moderna retomamos los caminos del concepto Aristotélico (tiene como centro una ciencia universal del ser). Los sistemas de Descartes, Spinoza y Leibnitz, presentan la misma orientación que caracteriza al Estagirita, ya que todos tienden al conocimiento del mundo objetivo. Kant por el contrario revive el estilo Platónico (procura elevar la vida, con todos sus conceptos a la conciencia filosófica).
Es verdad que Kant en su primera manifestación surge como una teoría del conocimiento o como base crítica del estudio científico. Pero no se detiene en el ámbito teórico sino que avanza a formular la base crítica de todos los campos conocibles. Al lado de la Crítica de la razón pura, se encuentra la Crítica de la razón práctica, que aborda el tema de la valorización moral, y la Crítica del juicio, cuyo objetivo son las investigaciones críticas de los valores estéticos. Así pues, en Kant aparece la filosofía como una reflexión universal del pensamiento sobre sí mismo, como una reflexión del hombre estudioso sobre los valores de su conducta.
La supresión de todos los principios materiales y objetivos, los cuales existen indudablemente en Kant, de manera que la filosofía asume un carácter puramente formal y metodológico. Ésta postura intelectual provoca una reacción que forja un nuevo movimiento en el pensamiento filosófico, el cual vuelve a inclinarse a lo material y objetivo, constituyendo una renovación del carácter aristotélico.
Éste breve repaso de toda la evolución histórica del pensamiento filosófico, nos permite determinar otros dos elementos del concepto esencial de la filosofía. Al primero se conoce con la expresión "concepción del yo"; al segundo se le llama "concepción del universo". La filosofía es ambas cosas: una concepción del yo y una concepción del universo.
En todo conocimiento podemos distinguir cuatro elementos:
· El sujeto que conoce.
· El objeto conocido.
· La operación misma de conocer.
· El resultado obtenido que es la información recabada acerca del objeto.
Dicho de otra manera: el sujeto se pone en contacto con el objeto y obtiene una información acerca del mismo. Cuando existe congruencia o adecuación entre el objeto y la representación interna correspondiente, decimos que estamos en posesión de una verdad.
PROBLEMAS FILOSÓFICOS GRIEGOS Y MEDIEVALES.
En el siglo V a.C., los sofistas griegos cuestionaron la posibilidad de que hubiera un conocimiento fiable y objetivo. Por ello, uno de los principales sofistas, Gorgias, afirmó que nada puede existir en realidad, que si algo existe no se puede conocer, y que si su conocimiento fuera posible, no se podría comunicar. Otro sofista importante, Protágoras, mantuvo que ninguna opinión de una persona es más correcta que la de otra, porque cada individuo es el único juez de su propia experiencia. Platón, siguiendo a su ilustre maestro Sócrates, intentó contestar a los sofistas dando por sentado la existencia de un mundo de formas o ideas, invariables e invisibles, sobre las que es posible adquirir un conocimiento exacto y certero. Mantenía que las cosas que uno ve y palpa son copias imperfectas de las formas puras estudiadas en matemáticas y filosofía. Por consiguiente, sólo el razonamiento abstracto de esas disciplinas proporciona un conocimiento verdadero, mientras que la percepción facilita opiniones vagas e inconsistentes. Concluyó que la contemplación filosófica del mundo oculto de las ideas es el fin más elevado de la existencia humana.
Aristóteles siguió a Platón al considerar el conocimiento abstracto superior a cualquier otro, pero discrepó de su juicio en cuanto al método apropiado para alcanzarlo. Aristóteles mantenía que casi todo el conocimiento se deriva de la experiencia. El conocimiento se adquiere ya sea por vía directa, con la abstracción de los rasgos que definen a una especie, o de forma indirecta, deduciendo nuevos datos de aquellos ya sabidos, de acuerdo con las reglas de la lógica. La observación cuidadosa y la adhesión estricta a las reglas de la lógica, que por primera vez fueron expuestas de forma sistemática por Aristóteles, ayudarían a superar las trampas teóricas que los sofistas habían expuesto. Las escuelas estoica y epicúrea coincidieron con Aristóteles en que el conocimiento nace de la percepción pero, al contrario que Aristóteles y Platón, mantenían que la filosofía había de ser considerada como una guía práctica para la vida y no como un fin en sí misma.
Después de varios siglos de declive del interés por el conocimiento racional y científico, el filósofo escolástico (véase Escolasticismo) santo Tomás de Aquino y otros filósofos de la edad media ayudaron a devolver la confianza en la razón y la experiencia, combinando los métodos racionales y la fe en un sistema unificado de creencias. Tomás de Aquino coincidió con Aristóteles en considerar la percepción como el punto de partida y la lógica como el procedimiento intelectual para llegar a un conocimiento fiable de la naturaleza, pero estimó que la fe en la autoridad bíblica era la principal fuente de la creencia religiosa.
LOS TRES NIVELES DEL CONOCIMIENTO.
El ser humano puede captar un objeto en tres diferentes niveles, sensible, conceptual y holístico. El conocimiento sensible consiste en captar un objeto por medio de los sentidos; tal es el caso de las imágenes captadas por medio de la vista. Gracias a ella podemos almacenar en nuestra mente las imágenes de las cosas, con color, figura y dimensiones. Los ojos y los oídos son los principales sentidos utilizados por el ser humano. Los animales han desarrollado poderosamente el olfato y el tacto.
En segundo lugar, tenemos el conocimiento conceptual, que consiste en representaciones invisibles, inmateriales, pero universales y esenciales. La principal diferencia entre el nivel sensible y el conceptual reside en la singularidad y universalidad que caracteriza, respectivamente, a estos dos tipos de conocimiento. El conocimiento sensible es singular y el conceptual universal. Por ejemplo, puedo ver y mantener la imagen de mi padre; esto es conocimiento sensible, singular. Pero además, puedo tener el concepto de padre, que abarca a todos los padres; es universal. El concepto de padre ya no tiene color o dimensiones; es abstracto. La imagen de padre es singular, y representa a una persona con dimensiones y figura concretas. En cambio el concepto de padre es universal (padre es el ser que da vida a otro ser). La imagen de padre sólo se aplica al que tengo en frente. En cambio, el concepto de padre se aplica a todos los padres. Por esto decimos que la imagen es singular y el concepto es universal.
En tercer lugar tenemos el conocimiento holístico (también llamado intuitivo, con el riesgo de muchas confusiones, dado que la palabra intuición se ha utilizado hasta para hablar de premoniciones y corazonadas). En este nivel tampoco hay colores, dimensiones ni estructuras universales como es el caso del conocimiento conceptual. Intuir un objeto significa captarlo dentro de un amplio contexto, como elemento de una totalidad, sin estructuras ni límites definidos con claridad. La palabra holístico se refiere a esta totalidad percibida en el momento de la intuición (holos significa totalidad en griego). La principal diferencia entre el conocimiento holístico y conceptual reside en las estructuras. El primero carece de estructuras, o por lo menos, tiende a prescindir de ellas. El concepto, en cambio, es un conocimiento estructurado. Debido a esto, lo percibido a nivel intuitivo no se puede definir, (definir es delimitar), se capta como un elemento de una totalidad, se tiene una vivencia de una presencia, pero sin poder expresarla adecuadamente. Aquí está también la raíz de la dificultad para dar ejemplos concretos de este conocimiento. Intuir un valor, por ejemplo, es tener la vivencia o presencia de ese valor y apreciarlo como tal, pero con una escasa probabilidad de poder expresarla y comunicarla a los demás.
Un ejemplo de conocimiento holístico o intuitivo es el caso de un descubrimiento en el terreno de la ciencia. Cuando un científico dislumbra una hipótesis explicativa de los fenómenos que estudia, podemos decir que ese momento tiene un conocimiento holístico, es decir, capta al objeto estudiado en un contexto amplio en donde se relaciona con otros objetos y se explica el fenómeno, sus relaciones, sus cambios y sus características. El trabajo posterior del científico, una vez que ha vislumbrado una hipótesis, consiste en traducir en términos estructurados ( conceptos) la visión que ha captado en el conocimiento holístico, gracias a un momento de inspiración.
La captación de valores nos ofrece el mejor ejemplo de conocimiento holístico. Podemos ver a un ser humano enfrente de nosotros (esto es un conocimiento sensible o de primer nivel). Podemos captar el concepto de hombre y definirlo (esto es un conocimiento conceptual o de segundo nivel). Pero además, podemos vislumbrar el valor de este hombre en concreto dentro de su familia. Percibimos su valor y lo apreciamos. Esto es un conocimiento holístico o de tercer nivel.
La experiencia estética nos proporciona otro ejemplo de conocimiento holístico. Percibir la belleza de una obra de arte significa captar ese objeto sin estructuras, sin conceptos, simplemente deteniéndose en la armonía, congruencias y afinidades con el propio sujeto. Debido a esto, la experiencia estética se puede denominar también conocimiento por connaturalidad.
EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO.
1.- Racionalismo.
Se denomina racionalismo a la doctrina epistemológica que sostiene que la causa principal del conocimiento reside en el pensamiento, en la razón. Afirma que un conocimiento solo es realmente tal, cuando posee necesidad lógica y validez universal. El planteamiento mas antiguo del racionalismo aparece en Platón. El tiene la íntima convicción de que el conocimiento verdadero debe distinguirse por la posesión de las notas de la necesidad lógica y de la validez universal.
2.- El empirismo.
Frente a la tesis del racionalismo, el pensamiento, la razón, es el único principio del conocimiento, el empirismo ( del griego Empereimía = experiencia ) opone la antitesis: la única causa del conocimiento humano es la experiencia. Según el empirismo, no existe un patrimonio a priori de la razón. La conciencia cognoscente no obtiene sus conceptos de la razón , sino exclusivamente de la experiencia. El espíritu humano, por naturaleza, está desprovisto de todo conocimiento.
El racionalismo es guiado por la idea determinada, por el conocimiento ideal, mientras que el empirismo, se origina en los hechos concretos.
Los racionalistas casi siempre surgen de la matemática; los defensores del empirismo, según lo prueba su historia, frecuentemente vienen de las ciencias naturales. Esto se entiende sin esfuerzo. La experiencia es el factor determinante en las ciencias naturales.
En ellas, lo más importante es la comprobación exacta de los hechos por medio de una cuidadosa observación. El investigador depende totalmente de la experiencia. Suelen distinguirse dos clases de experiencia: una interna y otra externa. El fundamento de un conocimiento válido, no se encuentra en la experiencia, sino en el pensamiento.
3.- Apriorismo.
En la historia de la Filosofía existe también un segundo esfuerzo de intermediación entre el racionalismo y el empirismo: el apriorismo. El cual también considera que la razón y la experiencia son a causa del conocimiento. Pero se diferencia del intelectualismo porque establece una relación entre la razón y la experiencia, en una dirección diametralmente opuesta a la de éste. En la tendencia de apriorismo, se sostiene que nuestro conocimiento posee algunos elementos a priori que son independientes de la experiencia. Esta afirmación también pertenece al racionalismo. Si relacionáramos el intelectualismo y el apriorismo con los dos extremos contrarios entre los cuales pretenden mediar, inmediatamente descubriríamos que el intelectualismo tiene afinidad con el empirismo, mientras que el apriorismo, se acerca al racionalismo. El intelectualismo forma sus conceptos de la experiencia; el apriorismo rechaza tal conclusión y establece que el factor cognoscitivo procede de la razón y no de la experiencia.
LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO.
1.- El dogmatismo.
Para el, resulta comprensible el que el sujeto, la conciencia cognoscente, aprehenda su objeto, esta actitud se fundamenta en una confianza total en la razón humana, confianza que aún no es debilitada por la duda.
El dogmatismo supone absolutamente la posibilidad y realidad del contacto entre el sujeto y el objeto.
Para Kant el dogmatismo es la actitud de quien estudia la metafísica sin haber determinado con anterioridad cuál es la capacidad de la razón humana para tal estudio.
2.-El escepticismo.
El dogmatismo frecuentemente se transforma en su opuesto, en el escepticismo. Mientras que el dogmatismo considera que la posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto es comprensible en sí misma, el escepticismo niega tal posibilidad. El sujeto no puede aprehender al objeto, afirma el escepticismo. Por tanto, el conocimiento, considerado como la aprehensión real de un objeto, es imposible. Según esto, no podemos externar ningún juicio, y debemos abstenernos totalmente de juzgar.
Mientras que el dogmatismo en cierta forma ignora al sujeto, el escepticismo desconoce al objeto.
El escepticismo se puede hallar, principalmente, en la antigüedad. Su fundador fue Pirrón de Elis ( 360 a 270 ) . El afirma que no puede lograrse un contacto entre el sujeto y el objeto. La conciencia y cognoscente esta imposibilitada para aprehender su objeto.
3.- El subjetivismo y el relativismo.
El escepticismo sostiene que no hay verdad alguna. El subjetivismo y el relativismo no son tan radicales. Con ellos se afirma que si existe una verdad; sin embargo, tal verdad tiene una validez limitada. El subjetivismo, como su nombre lo indica, limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga. El relativismo afirma que no existe alguna verdad, alguna verdad absolutamente universal.
El subjetivismo y el relativismo son análogos, en su contenido, al escepticismo. En efecto, ambos niegan la verdad; no en forma directa como el escepticismo, pero sí en forma indirecta al dudar de su validez universal.
4.- El pragmatismo.
El escepticismo presenta una actitud esencialmente negativa. Formula la negación de la posibilidad del conocimiento. El escepticismo adquiere un cariz positivo en el pragmatismo moderno. El pragmatismo, al igual que el escepticismo, desecha el concepto de la verdad considerado como concordancia.
El pragmatismo cambia el concepto de la verdad en cuanto que es originado por una peculiar concepción de lo que es el ser humano. Dentro de tal concepción el hombre no es primordialmente un ser especulativo y pensante, sino un ser práctico, un ser volitivo.
5.- El criticismo.
Existe una tercer postura que resolvería la antitesis en una síntesis. Esta postura intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo recibe el nombre de criticismo. Al igual que el dogmatismo, el criticismo admite una confianza fundamental en la razón humana. El criticismo está convencido de que es posible el conocimiento de que existe la verdad. Pero mientras que tal confianza conduce al dogmatismo, a la aceptación candorosa, para decirlo en alguna forma, de todas las aseveraciones de la razón humana y al no fijar límites al poder del conocimiento humano, el criticismo pone, junto a la confianza general en el conocimiento humano, una desconfianza hacia cada conocimiento particular, acercándose al escepticismo por esto.
El criticismo examina todas y cada una de las aseveraciones de la razón humana y nada acepta con indiferencia.
RAZÓN CONTRA PERCEPCIÓN.
Desde el siglo XVII hasta finales del siglo XIX la cuestión principal en epistemología contrastó la razón contra el sentido de percepción como medio para adquirir el conocimiento. Para los racionalistas, entre los más destacados el francés René Descartes, el holandés Baruch Spinoza y el alemán, Gottfried Wilhelm Leibniz, la principal fuente y prueba final del conocimiento era el razonamiento deductivo basado en principios evidentes o axiomas. Para los empiristas, empezando por los filósofos ingleses Francis Bacon y John Locke, la fuente principal y prueba última del conocimiento era la percepción.
Bacon inauguró la nueva era de la ciencia moderna criticando la confianza medieval en la tradición y la autoridad y aportando nuevas normas para articular el método científico, entre las que se incluyen el primer grupo de reglas de lógica inductiva formuladas. Locke criticó la creencia racionalista de que los principios del conocimiento son evidentes por una vía intuitiva, y argumentó que todo conocimiento deriva de la experiencia, ya sea de la procedente del mundo externo, que imprime sensaciones en la mente, ya sea de la experiencia interna, cuando la mente refleja sus propias actividades. Afirmó que el conocimiento humano de los objetos físicos externos está siempre sujeto a los errores de los sentidos y concluyó que no se puede tener un conocimiento certero del mundo físico que resulte absoluto.
El filósofo irlandés George Berkeley estaba de acuerdo con Locke en que el conocimiento se adquiere a través de las ideas, pero rechazó la creencia de Locke de que es posible distinguir entre ideas y objetos. El filósofo escocés David Hume siguió con la tradición empirista, pero no aceptó la conclusión de Berkeley de que el conocimiento consistía tan sólo en ideas. Dividió todo el conocimiento en dos clases: el conocimiento de la relación de las ideas —es decir, el conocimiento hallado en las matemáticas y la lógica, que es exacto y certero pero no aporta información sobre el mundo— y el conocimiento de la realidad —es decir, el que se deriva de la percepción. Hume afirmó que la mayor parte del conocimiento de la realidad descansa en la relación causa-efecto, y al no existir ninguna conexión lógica entre una causa dada y su efecto, no se puede esperar conocer ninguna realidad futura con certeza. Así, las leyes de la ciencia más certeras podrían no seguir siendo verdad: una conclusión que tuvo un impacto revolucionario en la filosofía.
El filósofo alemán Immanuel Kant intentó resolver la crisis provocada por Locke y llevada a su punto más alto por las teorías de Hume; propuso una solución en la que combinaba elementos del racionalismo con algunas tesis procedentes del empirismo. Coincidió con los racionalistas en que se puede tener conocimiento exacto y certero, pero siguió a los empiristas en mantener que dicho conocimiento es más informativo sobre la estructura del pensamiento que sobre el mundo que se halla al margen del mismo. Distinguió tres tipos de conocimiento: analítico a priori, que es exacto y certero pero no informativo, porque sólo aclara lo que está contenido en las definiciones; sintético a posteriori, que transmite información sobre el mundo aprendido a partir de la experiencia, pero está sujeto a los errores de los sentidos, y sintético a priori, que se descubre por la intuición y es a la vez exacto y certero, ya que expresa las condiciones necesarias que la mente impone a todos los objetos de la experiencia. Las matemáticas y la filosofía, de acuerdo con Kant, aportan este último tipo de conocimiento. Desde los tiempos de Kant, una de las cuestiones sobre las que más se ha debatido en filosofía ha sido si existe o no el conocimiento sintético a priori.
Durante el siglo XIX, el filósofo alemán George Wilhelm Friedrich Hegel retomó la afirmación racionalista de que el conocimiento certero de la realidad puede alcanzarse con carácter absoluto equiparando los procesos del pensamiento, de la naturaleza y de la historia. Hegel provocó un interés por la historia y el enfoque histórico del conocimiento que más tarde fue realzado por Herbert Spencer en Gran Bretaña y la escuela alemana del historicismo. Spencer y el filósofo francés Auguste Comte llamaron la atención sobre la importancia de la sociología como una rama del conocimiento y ambos aplicaron los principios del empirismo al estudio de la sociedad.
La escuela estadounidense del pragmatismo, fundada por los filósofos Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey a principios de este siglo, llevó el empirismo aún más lejos al mantener que el conocimiento es un instrumento de acción y que todas las creencias tenían que ser juzgadas por su utilidad como reglas para predecir las experiencias.
POSICIÓN DE LOS AUTORES FRENTE AL CONCOCIMIENTO.
Para algunos autores, el fundamento de la posibilidad del conocimiento es la realidad, bien la sensible (como han defendido los filósofos de orientación empirista), bien la inteligible (como aquellos racionalistas que han defendido el carácter realmente existente de las entidades conceptuales o nociones generales).
El primer gran filósofo que abordó el estudio del conocimiento fué el francés René Descartes, en el siglo XVII. Descartes intentó descubrir un fundamento del conocimiento que fuera independiente de límites y supuestos. Para él, conocer es partir de una proposición evidente, que se apoya en una intuición primaria. Descartes formuló tal proposición en su célebre sentencia: "pienso, luego existo".
Kant negó que la realidad pudiera ser explicada mediante los solos conceptos y se propuso conseguir el mismo objetivo, pero intentando determinar los límites y capacidades de la razón. Si bien existen, efectivamente, juicios sintéticos apriori, que son la condición necesaria de toda comprehensión de la naturaleza (trascendentales), el ámbito del conocimiento de limita, sin embargo en el pensamiento de Kant, al reino de la experiencia.
Según el británico John Locke, representante moderado del empirismo, las impresiones de la sensibilidad sólo formaban la base primaria del conocimiento. El también británico David Hume y algunos autores neopositivistas posteriores consideraron, por el contrario, que las nociones de las ciencias formales no son empíricas ni conceptuales, sino formales y, por lo tanto, vacías de conocimiento.
De acuerdo con determinadas formas de empirismo existen otras experiencias además de la sensible, como la experiencia histórica, la experiencia intelectual, etc. En estas posiciones, a algunos de cuyos precursores - los alemanes Friedrich Nietzsche y Wilhelm Dilthey- difícilmente se les puede considerar como empiristas, el término experiencia se entiende en un sentido más amplio. Los autores más representativos de estas posiciones son el alemán Martin Heidegger y el francés Jean- Paul- Sartre, que defendieron posturas existencialistas; los estadounidenses John Dewey y William James, de orientación pragmatista; y el español José Ortega y Gasset, que mantuvo la postura que él llamó raciovitalismo, en la que vida y razón constituían los dos polos de su concepción del mundo.
EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO.
Mientras que la epistemología ha sido entendida tradicionalmente como una teoría del conocimiento en general, en el siglo XX los filósofos se interesaron principalmente por construir una teoría del conocimiento científico, suponiendo que si se lograra disponer de teoría adecuadas que explicaran los mecanismos de un conocimiento de este tipo, podrían avanzar considerablemente por la misma vía en la solución de problemas gnoseológicos (doctrinas filosófica y religiosa que pretendía tener un conocimiento misterioso e instintivo de las cosas divinas) más generales.
La elaboración de una epistemología de este tipo constituyó la tarea abordada especialmente por los autores del Círculo de Viena, que fueron el germen de todo movimiento del empirismo o positivismo lógico. Para éstos filósofos se trataba de conseguir un sistema unitario de saber y conocimiento, lo que requería la unificación del lenguaje y la metodología de las distintas ciencias. Este lenguaje debería ser insersubjetivo - lo que exigía la utilización de formalismos y de una semántica común- y universal, es decir, cualquier proposición debía poder traducirse a él.
Lo único que puede hacerse es formular la hipótesis de la existencia de una realidad independiente de nuestra experiencia e indicar criterios para su contrastación en la medida en que una afirmación de existencia implica determinados enunciados perceptivos. No hay ninguna posibilidad de decisión respecto a una realidad o idealidad absolutas. Ello sería, en palabras de Carnap, un seudoproblema. Todas las formas epistemológicas de la tradición filosófica inspiradas en posiciones metafísicas - el idealismo y el realismo filosófico, el fenomelanismo, el solipsismo, etc.- caerían, así, fuera del ámbito del conocimiento empírico, ya que buscarían responder a una pregunta imposible.
EPISTEMOLOGÍA EN EL SIGLO XX.
A principios del siglo XX los problemas epistemológicos fueron discutidos a fondo y sutiles matices de diferencia empezaron a dividir a las distintas escuelas de pensamiento rivales. Se prestó especial atención a la relación entre el acto de percibir algo, el objeto percibido de una forma directa y la cosa que se puede decir que se conoce como resultado de la propia percepción. Los autores fenomenológicos afirmaron que los objetos de conocimiento son los mismos que los objetos percibidos. Los neorealistas sostuvieron que se tienen percepciones directas de los objetos físicos o partes de los objetos físicos en vez de los estados mentales personales de cada uno. Los realistas críticos adoptaron una posición intermedia, manteniendo que aunque se perciben sólo datos sensoriales, como los colores y los sonidos, éstos representan objetos físicos sobre los cuales aportan conocimiento.
Un método para enfrentarse al problema de clarificar la relación entre el acto de conocer y el objeto conocido fue elaborado por el filósofo alemán Edmund Husserl. Perfiló un procedimiento elaborado, al que llamó fenomenología, por medio del cual se puede distinguir cómo son las cosas a partir de cómo uno piensa que son en realidad, alcanzando así una comprensión más precisa de las bases conceptuales del conocimiento.
Durante el segundo cuarto del siglo XX surgieron dos escuelas de pensamiento, ambas deudoras del filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein. Por una parte, la escuela del empirismo o positivismo lógico, tuvo su origen en Viena, Austria, pero pronto se extendió por todo el mundo. Los empiristas lógicos hicieron hincapié en que sólo hay una clase de conocimiento: el conocimiento científico; que cualquier conocimiento válido tiene que ser verificable en la experiencia; y, por lo tanto, que mucho de lo que había sido dado por bueno por la filosofía no era ni verdadero ni falso, sino carente de sentido. A la postre, siguiendo a Hume y a Kant, se tenía que establecer una clara distinción entre enunciados analíticos y sintéticos. El llamado criterio de verificabilidad del significado ha sufrido cambios como consecuencia de las discusiones entre los propios empiristas lógicos, así como entre sus críticos, pero no ha sido descartado.
La última de estas recientes escuelas de pensamiento, englobadas en el campo del análisis lingüístico (véase Filosofía analítica) o en la filosofía del lenguaje corriente, parece romper con la epistemología tradicional. Los analistas lingüísticos se han propuesto estudiar el modo real en que se usan los términos epistemológicos claves —términos como conocimiento, percepción y probabilidad— y formular reglas definitivas para su uso con objeto de evitar confusiones verbales. El filósofo británico John Langshaw Austin afirmó, por ejemplo, que decir que un enunciado es verdadero no añade nada al enunciado excepto una promesa por parte del que habla o escrib e. Austin no considera la verdad como una cualidad o propiedad de los enunciados o elocuciones.
CONCLUSIÓN.:
Si la epistemología - el estudio del conocimiento- constituye, por su propia naturaleza, una de las partes esenciales de la filosofía, la creciente importancia en la ciencia y la consiguiente necesidad de dotarla de sólidos fundamentos teóricos ha acrecentado aún más el interés por la misma en el moderno pensamiento filosófico.
BIBLIOGRAFÍA.:
1. Enciclopedia Hispánica; 5: 402-404; 1994-1995.
1. Enciclopedia Microsoft Encarta `97.
1. Gutiérrez Saenz, Raúl; Introducción a la filosofía; Editorial Esfinge.
1. Hessen; Teoría del conocimiento; Editorial Esfinge.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Problema Vs Experiencia


¿Cómo hizo el gallo viejo para sobrevivir a todos los jóvenes?


Un granjero sale de compras
y regresa con un gallo joven
para las gallinas del corral.
El gallo joven
mira a su alrededor,
camina hasta donde está
el gallo viejo y le dice:
-Bueno viejo,
llegó la hora de retirarte.

El gallo viejo le dice:
-Vamos, no me digas
que tú vas a poder
con TODAS estas gallinas.
¡Mírame a mí!
¡Cómo me han dejado!
¿Por qué no me dejas aunque sea,
aquellas dos gallinas viejas
que están en el rincón?

Pero el gallo joven le contesta:
-¡Piérdete viejo!
¡Tú ya estás acabado!,
y ahora soy yo quien está a cargo.
El gallo viejo le cuestiona:
-Hagamos una cosa, jovencito.
Vamos a echar una carrera
alrededor de la finca.
El que gane, se queda
con el control absoluto
del gallinero.

El gallo joven se echa a reír:
-Vamos viejo, tú sabes muy bien
que vas a perder.
Pero para no ser injusto,
te voy a dejar que salgas primero.

El gallo viejo comienza a correr.
A los 15 segundos, el gallo joven
sale corriendo detrás de él.
Dan una vuelta al portal de la casa,
y el gallo joven,
lo sigue muy de cerca.
Ya está a sólo 5 pulgadas
detrás del gallo viejo,
y cada vez se le acerca más.

Mientras tanto el granjero,
sentado en su sitio
de costumbre en el portal,
ve a los dos gallos corriendo.
Agarra la escopeta y
-¡BOOM!-
le dispara al gallo joven,
y lo hace trizas.

El granjero tristemente
sacude la cabeza y dice:
-¡Pero que suerte la mía!
¡El tercer gallo maricón
que compro este mes!

Moraleja de
esta historia...

“La edad
y la experiencia,
siempre le ganan
la partida
a la juventud”

lunes, 24 de septiembre de 2007

Internet, educación y comunicación

En la encrucijada de sistemas complejos
Rubén Canella
Este es el link de donde fue extraido textualmente: http://www.educared.org.ar/periodismo/2007/texto1/pe01_01.htm#5#5

Introducción

En este texto de presentación trataremos de establecer algunas coordenadas teóricas y supuestos epistemológicos desde los que partimos para comprender y aprehender en la medida de nuestras posibilidades la lógica y la dinámica de los cambios que sufre la sociedad, con el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), como así también el cambio que se produce en las TICs. por acción de la apropiación de sentido que de ellas hacen los diversos grupos sociales.
Para esto indicamos la conveniencia de percibir los temas que se tratarán transdiciplinarmente, como núcleos problemáticos, constituidos por una diversidad de elementos, que responden a su vez a diversos sesgos disciplinares.La concepción desde donde partimos es el Pensamiento Complejo, siguiendo a Morin, y la Cátedra Unesco de pensamiento complejo. Asimismo, se aborda el tema desde una perspectiva histórica en la primera parte y luego desde la reflexión epistemológica tomando como referencia a la obra de Morin, que presenta los fundamentos de la "nueva ciencia", el abordaje de los núcleos problemáticos y de la lógica de los sistemas complejos, sus principios rectores: la dialógica, la recursividad organizacional, y el principio hologramático.
Estos temas van cruzando el eje de la educación, el eje de la comunicación, y el eje de Internet, desde las posturas de apropiación de diversos sectores. A su vez, estos sectores manifiestan sesgos propios y diferenciados si parten de sociedades desarrolladas o de sociedades subdesarrolladas. Los recursos que la tecnología brinda son utilizados de modo diferenciado según las necesidades de cada grupo social: nuevamente aparece la diversidad en la unidad.
Estos planteos encierran posiblemente el eje de la discusión sobre la concepción del desarrollo de la ciencias en el comienzo del siglo XXI, y presentan una amplitud de campo que es inabarcable. No obstante es importante visualizar y conceptualizar esta dimensión porque nos permitirá tomar una posición propia, rescatando nuestros propios rasgos e intereses y armonizarlos con la diversidad que representa Internet.
El cambio de paradigmas
Se nos presenta la necesidad de abordar Internet, como soporte digital de nuestra producción, como herramienta de producción, como recurso didáctico y pedagógico, y como contexto para la búsqueda de información y espacio de publicación. Sin duda el recorte de nuestro interés parte de varias perspectivas disciplinares, este es el desafío: lograr establecer un núcleo complejo, como objeto de nuestra investigación, y no limitarnos al campo estricto de las disciplinas. En educación en nuestro país, desde los años setenta se enuncian y aplican conceptos de transdiciplinariedad, y criterios de complementariedad en áreas afines.
A pesar de esto encontramos que los cruces permitieron tocar sólo algunos temas a modo de ensayo, con resultados diversos.
Esta inquietud surge por la necesidad perentoria y permanente de aplicar "reformas educativas" con el objeto de adaptar el sistema educativo a las necesidades que la sociedad presenta, en una primer etapa, y limitando el objetivo principal a lograr la motivación y la comprensión elemental.
Es duro pero hay que reconocerlo: la enseñanza que se dictó en los primeros cincuenta o sesenta años del siglo XX permitía una transferencia de conocimientos que permitían la producción de recursos valiosos para la vida laboral del alumno, en un marco de menor presión para el docente.
Hoy las cosas ya no son así: desde ciertas visiones simplistas que sólo ven algunas de las causas, se escuchan reflexiones sobre la ineficacia de los cambios, con cierto tono nostálgico de los "antiguos métodos".
Ante esta cuestión creemos que es necesario señalar y detenernos sobre los cambios de "paradigma" que están atravesando a nuestra sociedad en la manera de concebir el mundo (en el sentido de espacio de interacción de la vida en un plano natural, como así también en un sentido de cosmovisión, del hombre en relación a lo trascendente, y teleológico) y que se han dado a lo largo del el siglo XX, manifestándose concluyentemente hacia el comienzo del siglo XXI.
El sentido que le damos al término paradigma, es el de consenso social y científico de los conceptos del mundo y de las prácticas sociales; esto involucra al modo de hacer ciencia, al modo de enseñar y de aprender para el desempeño social , para vivir (adaptadamente) en un contexto determinado.
Del paradigma de la simplicidad al paradigma de la complejidad (perspectiva histórica)
Al paradigma de la simplicidad lo ubicamos históricamente en la modernidad. Surge como respuesta a cambios que los hombres de occidente producen en diversos órdenes, tanto en sus relaciones de producción, como en relación a la posesión de los bienes y su relación con el poder; es decir, su organización social, política, y económica. A estos elementos los integró un sistema de ideas de orden filosófico, redefiniendo también el sentido religioso y el sentido científico.
Antecedentes previos: la Edad Media
Surge el paradigma del pensamiento simple en reacción a la etapa anterior, la Edad Media, que podemos caracterizar en lo político como Monarquía, con organización social feudal, y en cuyo sistema la producción del conocimiento estaba en la Universidad, y la custodia y reproducción de los textos en los conventos, permitiendo una concentración de poder considerable. La organización del conocimiento en la universidad para su enseñanza se integraba en dos áreas, el Trivium (gramática, dialéctica, y retórica) y el Cuadrivium (aritmética, geometría, astronomía, y música). Estos sistemas integraban el conocimiento desde todos los campos del saber de las "siete artes liberales", las que permitían al hombre desarrollar su espíritu.
Preservando criterios del mundo griego, estaban orientados a la perfección del espíritu y el ocio creativo. No incluían en estos saberes ni los conocimientos técnicos, puesto que las artes serviles deformaban al cuerpo, ni los crematísticos, porque el negocio y la búsqueda del lucro deformaban el espíritu.
Tal sistema de valores respondía a un sistema de intereses entramados en el poder de la época. La ruptura de la antigua trama de poder produce la necesidad de nuevos valores.
El paradigma de la simplicidad
En el plano de las ideas se toma un hecho como el comienzo del cambio de paradigma: el caso Galileo, que integra elementos de la técnica devenida en tecnología, para constatar lo que a través de su análisis teórico había concebido. Este hecho enfrenta la ciencia (incipiente y moderna) al poder de la iglesia por entrar en contradicción con sus enseñanzas.
Comienza de esta manera la ciencia positiva experimental, cuyo método será el de la física, y el del análisis matemático. Las ideas claras y distintas, presentadas por Descartes, encarnan el paradigma de la simplicidad, son los objetos a lograr en la construcción de la nueva ciencia. Desde el punto de vista del conocimiento se deja de lado la concepción realista aristotélica, dando paso al Idealismo que se desarrolla en Alemania y al Empirismo que se desarrolla en Inglaterra.
En esta nueva organización de intereses, los motores serán la técnica devenida en tecnología, y el lucro, y la explotación indiscriminada de los abundantes recursos naturales existentes en beneficio de la producción industrial incipiente. La organización del conocimiento se produce en lo que conocemos como ciencia moderna hasta entrado el siglo XX.
Para la difusión y consolidación de este nuevo sistema de ideas se utilizaron dos grandes medios, la enciclopedia y los periódicos. La enciclopedia es la obra máxima de integración del saber de su época, que sumada a la aplicación tecnológica de la imprenta, produce tal cantidad de ejemplares que diluye la idea de los monasterios como concentración del conocimiento. El desarrollo del periódico cumple con difundir y afianzar la ideología del nuevo paradigma en los sectores populares.
Al paradigma de la simplicidad se lo puede caracterizar como racionalista (la razón es omnipotente y nada existe fuera de ella), universalista, (aplicable en todas las ciencias y en todos los casos), objetivista (se deja del lado el subjetivismo), puede ser aplicado en todos los casos del mismo modo, manteniendo su objetividad independientemente de quien investigue, puesto que no se considera posible la posición subjetiva (no científica) del investigador. Es cuantitativo y disociativo (tiende a separar las cosas para analizarlas).
Este paradigma de la simplicidad se construyó sobre la idea de un hombre capaz de procesarlo todo por su capacidad de razonamiento, y de poner en duda hasta la misma concepción de Dios (rectificada luego por Descartes, y por Darwin entre otros).
A principios del siglo XX, se produce una ruptura en la concepción monolítica del paradigma positivista. La física, entendida como el modelo a seguir para la construcción de las ciencias dado su orden cósmico representado por sus respuestas a leyes universales, comienza a detectar que ni la microfísica ni la macrofísica se encuadran en estos comportamientos. Entran en crisis los sustentos que dieron pie a la ciencia positiva, y a su concepción de la realidad mecanicista y monosémica (entendida de un solo sentido).
La ruptura se da en la microfísica (ver en termodinámica, segunda ley de entropía), y en la macrofísica,(teoría de la relatividad, el universo como sistema en expansión) como sistemas complejos, dejan a la física como un vinculo de simplicidad entre ambas.
Características del paradigma de la complejidad, del caos y de la incertidumbre. Perspectiva de la reflexión epistemológica
La nueva ciencia concibe al universo como complejo y caótico.
El paradigma de la complejidad es en gran medida diferente sin ser lo contrario que el anterior. Siguiendo a Morin:
El mérito de la complejidad es el de denunciar la metafísica del orden. Como lo dijera muy bien Waitehead, detrás de la idea de orden hay dos cosas: la idea mágica de Pitágoras de que los números son la realidad última, y la idea religiosa todavía presente, tanto en Descartes como en Newton, de que el entendimiento divino es el fundamento del orden del mundo. Ahora bien, cuando uno ha retirado el entendimiento divino y la magia de los números , ¿qué queda?¿las leyes? ¿una mecánica cósmica autosuficiente? ¿es la realidad verdadera? ¿es la naturaleza verdadera? A esa visión débil, yo opongo la idea de la complejidad.
Dentro de este marco, yo diría que acepto plenamente relativizar la complejidad. Por una parte, ella integra a la simplicidad y por otra parte se abre sobre lo inconcebible. Estoy totalmente de acuerdo con esas condiciones para aceptar la complejidad como principio de pensamiento que considera al mundo , y no como principio revelador de la esencia del mundo.(Morin 1994, 2000: 146)
Podemos decir que el paradigma de la complejidad es inclusivo (asume la incertidumbre de no poder conocerlo todo), es incompleto (nunca se acaba), articulatorio (integra diferentes campos de conocimiento), integra al sujeto y al objeto, es interdisciplinario, utiliza la totalidad de las potencias humanas, y es dialógico (relaciona términos contrarios).
Pero la diferencia más importante es que el paradigma de la complejidad incluye al hombre y su punto de vista en el estudio de la realidad en forma autocrítica, lo que no hacía el paradigma anterior, que confiaba ciegamente en el poder de la razón.
Este paradigma de la complejidad tiene muchos puntos de contacto con el pensamiento posmoderno, que postula la crisis de los grandes relatos, entendidos como los ideales o principios generales sobre los que se construyó la modernidad. El pensamiento posmoderno niega el poder omnisciente de la razón y lo descompone en diversidad de puntos de vista, no cree en modelos imitables ni en discursos hegemónicos, y en los casos más extremos, llega a hablar de muerte de las ideologías. Contrariando la creencia del conocimiento científico concebida durante mucho tiempo, cuya misión era la de disipar la aparente complejidad de los fenómenos, a fin de revelar el orden simple al que obedecen, esta nueva propuesta (paradigma del Pensamiento Complejo de Edgar Morin) postula que los modos simplificadores del conocimiento mutilan, más de lo que expresan a las realidades o fenómenos de los que intentan dar cuenta.
Igualmente, el hecho de cómo encarar la complejidad de un modo no simplificador todavía debe probar su legitimidad. Es complejo aquello que no puede resumirse en una palabra maestra, aquello que no puede retrotraerse en una ley .... la complejidad es una palabra problema y no una palabra solución.
La complejidad aparece allí donde el pensamiento simplificador falla, pero integra en sí misma todo aquello que pone orden, claridad, distinción, precisión en el conocimiento. Mientras que el pensamiento simplificador desintegra la complejidad de lo real , el pensamiento complejo integra lo más posible los modos simplificadores de pensar, pero rechaza las consecuencias mutilantes, reduccionistas , unidimensionales y finalmente cegadoras de una simplificación.
Por lo demás, en el segundo volumen de el método, HE DICHO QUE LA COMPLEJIDAD ES LA UNION DE LA SIMPLICIDAD Y la complejidad; es la union de los procesos de simplificación que implican selección, jerarquización, separación reducción, con los otros contra-procesos que implican la comunicación, la articulación de aquello que está disociado y distinguido; y es el escapar de la alternativa del pensamiento reductor que no ve más que los elementos y el pensamiento globalista que no ve más que el todo.” (Morin 1994,2000: 144)
Internet como sistema complejo
Abordamos Internet como objeto de estudio, desde la teoría de los sistemas, integrado por otros diversos sistemas, como un sistema complejo que integra y relaciona diversos elementos. En el caso que nos ocupa convergen las características propias de Internet, la multimedialidad, el hipertexto, la interactividad, con las características mediáticas de las publicaciones periodísticas, y a su vez con las condiciones pedagógicas y didácticas de la propuesta educativa, todas ellas adaptándose y modificándose, e interactuando mutuamente.
En tal sentido puede ser analizada:
Desde la Comunicación cibernética, como Sistema Tecnológico; desde sus componentes electrónicos, desde sus procesos (protocolos de comunicación entre máquinas), desde los canales que permiten la conectividad redes coaxiales, satélites, microondas). También puede analizarse su organización interna en la lógica de almacenamiento y recupero de información o desde la posibilidad que ofrece el soporte tecnológico (digital) de sumar medios audiovisuales a lo escrito.
Desde la Comunicación humana, como circulación dinámica de mensajes entre emisor y receptor, mediados por un canal y un soporte.
En otro plano, el semiótico, desde la teoría de la enunciación podemos analizar la dinámica entre la propuesta de los medios y la apropiación de sentido de las audiencias, y como fenómeno nuevo la integración en el mismo dispositivo de la enunciación de las audiencias.
El lugar y el sentido de las audiencias, se transforma por esta posibilidad, cambiando su modo tradicional, generando un nuevo espacio de visibilidad para los grupos, que a su vez se relacionan con la construcción de nuevas identidades sociales, generando nuevas relaciones de poder/con el poder.
Otros temas que surgen de la mirada de Internet como subsistema de la sociedad global es el crecimiento de la información y su relación con el crecimiento del conocimiento. Las proyecciones indican que el volumen a alcanzar en los primeros quince años de la utilización de Internet duplicara el conocimiento generado en la toda la historia de la humanidad. Si hipotéticamente dispusiésemos de tiempo de lectura necesario para recorrer todo el contenido vertido en la web, también hay que tener en cuenta que sólo el diez por ciento de la información está indexada por los buscadores.
La escala y la diversidad de escenarios en que se presentan las múltiples escenas es inabarcable, estamos ante la manifestación de la incertidumbre, sólo podemos tener certidumbre de algunas cosas, como islas en un mar de incertidumbre.
La falta de validación de un criterio propio de Internet, produce dificultad para identificar una verdad, de verdades múltiples o de falsedades. Esto no es obstáculo para que las comunidades científicas (también las comunidades virtuales) puedan integrarse y consultarse, utilizando los modos tradicionales de validación.
Entendemos a Internet como un sistema abierto, que es parte de un sistema superior, como la sociedad de la información, y que a su vez integra otros sistemas como medios de comunicación. Seguimos a Morin en la conceptualización de sistema abierto:
"...esa teoría permite la emergencia, en su propio campo, de aquello que había sido hasta ahora rechazado fuera de la ciencia: el mundo y el sujeto.La noción de sistema abierto se abre en efecto, no sobre la física, por la mediación de la termodinámica, sino más amplia, más profundamente sobre la Physis, es decir sobre la naturaleza ordenada/desordenada de la materia, sobre un devenir físico ambiguo que tiende a la vez al desorden (entropía) y a la organización (constitución de sistemas cada vez más complejos). Al mismo tiempo la noción de sistema abierto llama a la noción de ambiente, y allí aparece (...) la Physis como fundamento material y el mundo como horizonte de realidad más vasto, abierto más allá del infinito (porque todo ecosistema se puede volver sistema abierto dentro de otro ecosistema más vasto.(...) Emerge, sobre todo, a partir de la auto-organización, cuando autonomía, incertidumbre, ambigüedad, se vuelven los caracteres propios del objeto. Cuando, sobre todo, el término "auto" lleva en sí la raíz de la subjetividad." (Morin 1994, 2000:63)
Rescatamos principios amplios que nos permiten tomar a Internet como un sistema abierto capaz de integrarse en otro sistema más amplio, como la sociedad y contener otros subsistemas, como los medios de comunicación, como así también al investigador y su circunstancia, cultural, ideológica y contextual.
De las paradojas a la dialógica
Surgen cuestiones que en el pensamiento de la simplicidad aparecen como paradojas, o excepciones a la norma. En Internet (como en otros campos desde esta perspectiva) se integran sistémicamente relaciones que desde la simplicidad pueden verse como paradojas. A modo de ejemplo en los conceptos siguientes vemos la ambivalencia enunciada por Morin :
"Así es que la scienza nuova no destruye a las alternativas clásicas , no aporta la solución monista que sería la esencia de la realidad. Pero los términos alternativos se vuelven términos antagonistas , contradictorios y, al mismo tiempo, complementarios en el seno de una visión más amplia que deberá reencontrar y afrontar nuevas alternativas." (Morin 1994, 2000: 82)
En este sentido señala algunas oposiciones clásicas : unidad/diversidad; azar/necesidad; cantidad/cualidad; sujeto/objeto; holismo/reduccionismo. Así se nos presentan términos en el ámbito periodístico, relacionados al fenómeno Internet que en su conceptualización designan una ambivalencia, o una contradicción. Vemos algunos ejemplos:
Local/global este criterio es tema de análisis de varios referentes del periodismo en internet, tanto desde la concepción del producto como de las audiencias; brecha (el sistema que hace ricos más ricos y pobres más pobres); brecha digital (el sistema que aleja el acceso al conocimiento de grandes sectores de la población mundial, por la marginación económica).
Sin duda el termino globalización refiere más o menos al mismo tema (integración de mercados, algunos autores partirán de la colonización de América, otros lo referirán al proceso vinculado a la sociedad de la información), lo que seguramente no es igual es el sentido que se le puede dar a la evolución de los "negocios", para los poseedores de los fondos de inversión, que para los globalofóbicos, o nuestros vernáculos caceroleros.
Sucede también con el concepto de la Sociedad de la Información (M. Castells) en opocición a Sociedad de la Comunicación (Pascuali)
Es en este sentido que se presenta la necesidad de incluir en la ciencia al sujeto y su circunstancia, como ciudadano de una nación y de la tierra, desde su etnia, su cultura y sus creencias, sus prácticas sociales y su cosmovisión.
"Así es que nuestro punto de vista cuenta con el mundo y reconoce al sujeto. Más aún , presenta a uno y a otro de manera recíproca e inseparable: el mundo no puede aparecer como tal, es horizonte de un ecosistema del eco-sistema, horizonte de la Phycis, no puede aparecer si no es para un sujeto pensante, último desarrollo de la complejidad autoorganizadora." (Morin 1994, 2000: 64)
Otros elementos fundamentales para pensar la complejidad son los macro-conceptos, y los tres principios: dialógico, de recursividad organizada , y hologramático.
En primer lugar, los macro-conceptos son definidos por su núcleo :
"Debemos saber que, con respecto a las cosas más importantes, los conceptos no se definen jamás por sus fronteras, sino a partir de su núcleo.(...) Hay que tratar , entonces, de definir el corazón y esa definición requiere, a menudo de macro-conceptos." (Morin 1994, 2000: 105)
En segundo lugar, Morin caracteriza a los tres principios:
"El principio dialógico nos permite mantener la dualidad en el seno de la unidad. Asocia a la vez a dos términos complementarios y a la vez antagonistas.(...)
El segundo principio es el de recursividad organizacional. Para darle significado a este término, yo utilizo el proceso del remolino. Cada momento del remolino es producido y, al mismo tiempo productor. Un proceso recursivo es aquel en el cual los productos y los efectos, son al mismo tiempo causas y productores de aquello que los produce. Reencontramos el ejemplo del individuo, somos los productores de un proceso de reproducción que es anterior a nosotros. (...) Esta idea es válida también sociológicamente. La sociedad es producida por las interacciones entre individuos, pero la sociedad, una vez producida retroactúa sobre los individuos y los produce. Si no existiera la sociedad y su cultura, un lenguaje, un saber adquirido no seríamos individuos humanos. Dicho de otro modo, los individuos producen la sociedad que produce a los individuos. Somos a la vez productos y productores. La idea recursiva es , entonces, una idea que rompe con la idea lineal de causa efecto, de producto/productor , de estructura/superestructura , porque todo lo que es producido reentra sobre aquello que lo ha producido en un ciclo en si mismo auto-constitutivo, auto-organizador, y auto-productor.
El tercer principio es el hologramático. En un holograma físico, el menor punto de la imagen del holograma contiene la casi totalidad de la información del objeto representado . No solamente la parte está en el todo , sino que el todo está en la parte. El principio hologramático está presente en el mundo biológico y en el mundo sociológico.(...) trasciende al reduccionismo que no ve más que las partes y al holismo que no ve más que el todo."(Morin 1994, 2000: 106-107)
Conclusiones
Por los elementos presentados hasta aquí creemos adecuado el abordaje de Internet como medio de comunicación, aplicado a la educación desde la perspectiva de la complejidad, por la necesidad de contextualizar desde donde trabajamos con la identidad de argentinos, ciudadanos del planeta tierra; desde nuestra circunstancia de crisis, con nuestras convicciones religiosas e ideológicas y desde nuestra cosmovisión local, respetando/dialogando con otras posturas, entendiendo que los criterios de verdad pueden ser múltiples, que el campo seleccionado es inabarcable y que por lo tanto trabajamos en la incertidumbre.
Desde el punto de vista de la comunicación social trascendemos el plano de los campos tecnológicos hacia la convergencia de los diversos medios en el "ambiente digital" que proporciona Internet, tomando el concepto de receptor, y llevándolo a la teoría de la enunciación, como alter, persona humana, igual y diverso, enunciador/enunciatario y que además de recibir, tiene un mensaje para todos nosotros personas/sociedad.
Desde el punto de vista educativo y con el ejercicio de las prácticas de publicación (al margen de las estrategias) se presenta la oportunidad de generar reflexión/acción sobre los valores de la participación ciudadana, el aporte para la construcción de la democracia, y darles voz a los sin voz.
Bibliografía
Morin, Edgar .Introducción al pensamiento complejo. Gedisa . Barcelona. 1994,2000
Morin, Edgar. La cabeza bien puesta. Ed. Nueva visión. BsAs.1999.
Morin, Edgar y otros. Carta de la transdisciplinariedad . Preámbulo. Convento de Arrabida, 1994.
Morin, Edgar, Los desafíos del fin de siglo, Documentos del IPAP, Conferencia del 5 de abril de 1999, La Plata.Morin, Edgar. Los siete saberes necesarios a la educación de futuro, Publicado en octubre de 1999 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura - 7 place de Fontenoy - 75352 París 07 SP - Francia

sábado, 22 de septiembre de 2007

Lineamientos tesis UNEFA

http://padron.entretemas.com/ProyectoUNEFA.pdf

Normas UPEL para trabajos de grado

Del Mecanografiado y la Impresión

El resumen es una exposición corta y clara del tema desarrollado, de la metodología utilizada, los resultados obtenidos y las conclusiones a las que se ha llegado. No debe exceder las trescientas (300) palabras escritas a un espacio. En la parte superior de la página se escribirán: el nombre de la Universidad y del Instituto, la denominación del postgrado, el título del Trabajo de Grado o la Tesis Doctoral, los nombres del autor y del tutor, y el año y mes de presentación. Además, si el Instituto lo exige, se señalará el área o línea de investigación. Al final del resumen, en un máximo de dos líneas, se escribirán los principales términos descriptores del contenido.
El papel a utilizar debe ser tipo bond blanco, tamaño carta, base 20, de peso y textura uniformes. Las hojas no deben tener rayas ni perforaciones.
El texto se escribirá con letra de 12 puntos, preferiblemente en el tipo “Times New Roman”, “Courier” o tipos de letra similares. Para las notas al pie de página o final de capítulo se podrá utilizar un tipo de letra de tamaño menor, pero no inferior a 10 puntos. Para los títulos, contenido y leyendas de cuadros y gráficos, así como de los materiales anexos, se utilizarán los tipos y tamaños de letras que más convengan a criterio del estudiante, siempre que se asegure la legibilidad.
Se hará el uso de la letra itálica (cursiva), para el realce de títulos y de información cuando sea apropiado. Sin embargo, se podrá sustituir por el subrayado si no se dispone de equipos computarizados o máquinas de escribir con dicho tipo de letra.
Los márgenes a usar serán: de cuatro (4) cm. del lado izquierdo, para permitir la encuadernación del volumen, y de tres (3) cm. por los lados derecho, superior e inferior de la página. El margen superior de la primera página de cada nuevo capítulo debe ser de cinco (5) cm.
Se dejará una sangría de cinco (5) espacios en el margen derecho de la primera línea de cada párrafo y a ambos márgenes en cada línea de las citas textuales largas, es decir, de más de cuarenta (40) palabras. Las notas fuera de texto se presentarán en bloques justificados a ambos márgenes sin sangría. Las entradas de la lista de referencias se mecanografiarán con sangría francesa de tres (3) espacios hacia la derecha.
El texto y los títulos de varias líneas se escribirán con interlineado de espacio y medio. Se utilizará espacio sencillo entre líneas para el mecanografiado de las citas textuales de cuarenta palabras o más, las notas al pie de página o final de capítulo, las referencias, el resumen, el currículo vital del autor y, opcionalmente, en los anexos. No se dejará espacio adicional entre los párrafos del texto. Se utilizará espacio y medio para separar entre si, las notas al pie de página o final de capítulo; también para separar las entradas de la lista de referencia. El espaciado triple se utilizará después de los títulos de capítulos, antes y después de los encabezamientos de secciones, así como también, antes y después de los cuadros y gráficos titulados que se presenten entre párrafos del texto.
Los Capítulos, la lista de Referencias y los anexos deben comenzar en una página nueva. La primera página de cada capítulo, arriba y al centro, se presentará la identificación del mismo con la palabra: CAPITULO y el número romano que indica el orden (I, II,…). Debajo también centrado, se escribirá el título en letras mayúsculas. Dentro de cada capítulo se puede tener desde uno hasta cuatro niveles de encabezamientos para identificar las secciones y subsecciones. Estos encabezamientos no deben ir numerados; para representar su orden jerárquico, se utilizarán las normas de diagramación que se explican en las Indicaciones Complementarias.
Cuando se quieran enumerar varios elementos dentro de un párrafo se utilizarán letras minúsculas y entre paréntesis así: (a), (b) (c). Si se quiere destacar elementos o ideas en párrafos separados, se utilizarán números arábigos seguidos por un punto, sin paréntesis, con sangría de cinco (5) espacios para la primera línea, y con las líneas sucesivas al nivel del margen izquierdo.
Las páginas preliminares se numerarán con cifras romanas minúsculas, en forma consecutiva, comenzando con la página del título, que se entenderá será i, sin que la cifra se coloque en la página. Todas las páginas del texto y los materiales de referencia se numerarán con cifras arábigas, comenzando con la página de la introducción y continuando hasta incluir los anexos y el resumen del currículo vital del autor.
Los números de todas las páginas se colocarán centrados en la parte inferior, incluyendo las primeras de cada capítulo y las que contienen cuadros y gráficos verticales u horizontales.
Las notas fuera del texto se mecanografiarán al pie de la página correspondiente, o al fin de cada capítulo, según se decida. Todas las notas se enumerarán en forma consecutiva con números arábigos, comenzando por el uno, con una seriación independiente para cada capítulo. Las referencias posteriores a una misma cita se hacen dentro del texto, entre paréntesis, así: (ver Cap. II, n. 2).
Las notas de los cuadros y gráficos se mecanografiarán en la parte inferior de cada uno de ellos, para explicar los datos presentados, suministrar información adicional o reconocer la fuente. Los cuadros y gráficos deben ser incorporados en el lugar apropiado del texto, y no al final de los capítulos o en anexos. Los cuadros y gráficos pequeños pueden aparecer entre párrafos, mientras que los de mayor dimensión deben colocarse en página separada o plegada, inmediatamente después de la página donde se menciona o explican.
Cada cuadro o gráfico deberá tener un número de identificación y un título descriptivo de su contenido. Los cuadros se numerarán en serie continua desde el principio al fin del texto (no por capítulos). Lo mismo se hará con los gráficos. Las referencias en el texto se harán así: Cuadro 5, Grafico 8; también se podrá remitir a ellos utilizando paréntesis: (ver Cuadro 5), (ver Gráfico 8).
El número y Título de los cuadros deben colocarse en su parte superior; en el caso de los gráficos, en la parte inferior. Si algún cuadro continúa en una segunda página, debe colocarse solo la identificación de su número y la abreviatura Cont., entre paréntesis, sin repetir el título. Ejemplo: Cuadro 3 (Cont.).